MENDOZA, AGUA TURBIA

Los nuevos tarifazos comenzaron junto con el 2021, sin embargo el servicio no está garantizado para todos.

Hoy, casi 11 años después de que el gobierno de Celso Jaque, acompañado por el ministro de Infraestructura, Vivienda y Transporte de ese momento, Francisco “Paco” Pérez, firmara el decreto de traspaso de la antigua Obras Sanitarias Mendoza (OSM) a Aguas Mendocinas (AYSAM), manifestando a los medios: “Hoy debe ser una bisagra, un quiebre, ya que la tarea que nos queda por delante es fundamental, la de garantizar el acceso a este derecho humano. Necesitamos que esté en manos de los mendocinos lo mejor”; la situación no ha mejorado en nada, sino por el contrario. Y no es un gobierno, son todos los gobiernos.

Parece que el derecho humano es para pocos. En medio de subas tarifarias, barrios de distintos puntos de la provincia sufren la falta de agua potable. La problemática viene desde hace  años, pero se ha intensificado notablemente los últimos veranos. Por otro lado, cañerías obsoletas proveen a muchas viviendas agua con tierra. Los vecinos se enojan, se quejan y se indignan.

El déficit en infraestructura es evidente. Paradójicamente, mientras hay grandes pérdidas en calles y veredas que se emparchan periódicamente; en las casas no se llenan los tanques. Mientras a muchas zonas todavía no llega el recurso, en otras, más privilegiadas e impunes, se hacen cascadas, lagos y mini diques privados.

Al respecto, Rubén Villodas, Director de Gestión Hídrica de Irrigación, afirmó en diciembre a un medio de comunicación de la provincia:  “Estamos entrampados en dos grandes problemas: uno es el consumo elevado de la población y, el otro es el sistema de distribución del agua. Hoy el consumo es de 700 litros diarios por persona, cuando deberíamos estar en 250 litros. De ese número debemos agregar que entre 300 a 400 litros se quedan en la red de distribución por roturas de caños o pérdidas”.

Los reclamos llueven, en tanto algunos municipios intentan tapar los huecos que no les corresponden. El EPAS (Control, Regulación y Defensa de los Derechos del Usuario del Sistema Sanitario de Mendoza) por su parte, no estaría resolviendo eficientemente las problemáticas de las familias mendocinas. 

El agua es un derecho humano, más aún en tiempos de pandemia. Nos respalda la ley suprema:

 

 

Hay necesidades que no pueden esperar. Todos debemos tomar conciencia sobre el cuidado del recurso en cada una de nuestras pequeñas acciones, sin embargo desde los entes correspondientes, así como se decretan subas en las tarifas, tienen que poner manos a la obra en resolver las carencias estructurales y mejorar el servicio que están obligados a prestar.