¿NO SERÁ MUCHO?

Este fin de semana pasó el Festival Rivadavia Canta al País… y si…se veía venir… fue la crónica de un festival anunciado.

Opinión 04/02/2019 Mega Noticias Mendoza Mega Noticias Mendoza
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Desde el mismo momento en que se conoció la grilla de artistas el público habitué de todos los años y que lo habían convertido en uno de los más convocantes del país, frunció el ceño. La eliminación de la previa con sus noches tropicales, de rock nacional, etc. y la ausencia de exponentes folklóricos que mueven multitudes para viernes, sábado y domingo fue la causa. Si a esto le sumamos el mal tiempo reinante es el combo perfecto para el fracaso, por más que los medios adictos y aplaudidores del gobierno de turno intentaran taparlo con publicaciones y fotos en las redes sociales que exprimían al máximo los mejores ángulos para que pareciera que había más gente y no se observaran los espacios vacíos. En la mayoría de las crónicas no se mencionaba números de personas, todas decían “miles y miles” tratando de disimular lo indisimulable. Y la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer…es decir la culpa no la tiene este magnífico festival sino los organizadores de turno. A un evento que nos acostumbró a meter de 20 a 30.000 personas en cada una de sus noches lo liquidaron en tres noches. Y la entrada excesivamente cara en los calamitosos tiempos económicos que vivimos también conspira.

Encima el vecino Junín hace su Encuentro de las Naciones con entrada gratis. Y hablando de Junín éste tiene algunas ventajas para que se posicione: primera y fundamental es gratis y esto hace que si al público que va no le gusta mucho el show que brinda un artista se lo banca porque en definitiva es gratis y no se lamenta por lo que gastó y no le gustó. Segunda ventaja incluir la Fiesta de la Vendimia el día sábado en sándwich entre las dos noches del Encuentro de las Naciones asegurándose la presencia del público que gusta de la Vendimia y finalmente un dato fundamental, lo de Junín no es un festival, es un encuentro donde la gente come diferentes menúes típicos de distintos países acompañados de números artísticos sobre un escenario, en cambio Rivadavia si es un festival de música como su denominación lo indica por lo tanto si la grilla de artistas es demasiado heterogénea y con artistas a los que ya se les pasó el cuarto de hora, estamos al horno. Y no se trata de comparar un evento con otro porque el formato de los festivales en Mendoza y el país es el mismo.

Y aquí viene otro problema, ¿no será mucha la cantidad de festivales que han pululado en la provincia?. Repaso rápido: de la Paz y el Canto de Cuyo, de la Cueca y el Damasco, del Cosechador, del Mosto, Rivadavia Canta al País, de la Sopaipilla, Encuentro de las Naciones, Entre Viñas y Canto, de la Melesca, del Bonarda, del Melón y la Sandía, del Camote, de Alta Montaña, del Orégano, del Chivo, de la Nieve, Luján Suena y sigan pasando…sumado a todo las vendimias distritales, las departamentales y la nacional. ¿Hay tanto público y tantos artistas convocantes para tantos festivales?. Lógico que se van a repetir, amén de ir rotando un año en cada festival.

Otra cosa: el folklore no está pasando por su mejor momento y los números taquilleros no son muchos, difícil salirse del tándem “Abel Pintos – Jorge Rojas – El Chaqueño – Los Nocheros – Soledad” de ahí para abajo es arriesgarse. Por eso la mezcla de géneros para ampliar el espectro de público a captar. Y entre medio de eso te puede aparecer un Sergio Denis con un show que dejó mucho que desear en Junín que creo tiene explicación. Sergio Denis con 70 años nunca fue de las grandes voces, supo suplirlo con carisma y varios hits. En los últimos tiempos Sergio Denis venía presentándose en casamientos, cumpleaños de 50 o más, bodas de oro y de plata y restaurantes. Iba con pistas sin músicos en vivo con sus éxitos enganchados. Hacía una pequeña presentación de 40 minutos, cobraba y se marchaba. De repente lo contratan, para él, de un pueblito del interior de Mendoza que hace un festival y Sergio habrá pensado: debe ser un pequeño evento de 3.000 o 4.000 personas en un escenario chiquito….el tipo llegó a Junín y se encontró con un escenario imponente, sonido e iluminación extraordinarios y 40.000 personas enfrente… y le quedó grande, evidentemente no tenía un espectáculo preparado para semejante marco.


En síntesis ¿habrá llegado el momento de barajar y dar de nuevo? ¿Habrá que replantearse el número de festivales? ¿Es necesario tercerizar los eventos u hoy por hoy con internet cualquiera puede organizar algo y contratar a quien quiera? ¿Ya no pueden los artistas venir y hacerse la América al interior cobrando mucho y cantando poco? ¿Da para que las Direcciones de Cultura y de Prensa de los municipios se transformen para esta época en productores artísticos y musicales? ¿Es necesario que estén los mismos locutores en los escenarios y vendimias de la Zona Este?.

Cuando uno organiza algo y no le va bien lo más fácil es echarle la culpa a la gente y eso es falta de autocrítica y de hacer un mea culpa. No hay que enojarse, al contrario hay que escuchar al público y corregir los errores, máxime teniendo en cuenta que todos estos festivales no son privados, se hacen con plata de los impuestos que paga el pueblo … por lo tanto: ¿No será mucho?.

Jorge Delfín Torralbo

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